miércoles, 4 de noviembre de 2009

Mi vuelta


Tras mucho tiempo HOY:


He decidido no pasar un día más sin escribir, sin dejar a mis sentimientos rienda suelta, que sean ellos, solo ellos, los que decidan que contar.


Es curioso, pero releyendo mis propios relatos me he dado cuenta de que, en pocos meses, estoy lejos de sentir lo que sentía.

Finalmente, me lancé al vacio, me dejé caer por la cascada de los sentimientos incontrolados, y durante la caida fueron más las piedras afiladas que las nubes de terciopelo.


Me marché, aunque ahora se que huí.


Pense que quería volar cuando solamente quería volar en globo.


A miles de kilométros intentó mantener una llama que apagué sin saber lo que significaba.



Hoy sólo quiero, que el sol vuelva a brillar como lo hacía antes de que las nubes llegaran a mi vida.


Porque, a veces, hay que perder para saber ganar de nuevo.

martes, 2 de junio de 2009

La flor del silencio

Nuestra casa de Uncastillo tenía un gran jardín lleno de flores amarillas, rojas, violetas, de todos los colores, y que papá cuidaba con tanto esmero para que siempre estuvieran perfectas.

Pero a todo jardín le llega su helada, y como decía mi padre todo lo bello se desvanece algún día. Aquel día, cuando las preciosas flores desparecieron empecé a perder el rumbo de mi vida.

Entonces, emergió él, recuerdo la primera vez que nos vimos, yo tenía dieciséis años y rondaría el mes de diciembre. Sentada en mi portal contemplaba con rabia lo que el hielo, de la noche anterior, había hecho a mis pobres flores, tan sensibles, tan impulsivas, floreciendo tan temprano. Y en ese instante apareció él, se sentó a mi lado y dijo: “A mi lado el jardín de flores amarillas, rojas, de todos los colores, no desaparecerá nunca de tu vida.”

Me casé con apenas dieciocho años, y todo trascurrió en silencio, sin palabras, sólo los insultos y los reproches llenaban nuestra alcoba.
Soporte sus gritos, sus idas y venidas al club de la Nacional, me acostumbre a sentirlo así, era su forma de quererme.

Después, vino la primera bofetada, lo había visto en la televisión, pero hasta que no sientes el calor de su palma rasgando tu cara no comprendes que la avenida, esa amplia avenida que es la vida, se ha convertido en una estrecha calle.

No tuve valor para afrontar sus engaños, sus golpes, con sus palabras, siempre envolventes, me hacía creer que era necesario, que debía aprender, pero ¿Qué debía aprender? Sólo él lo sabía, y mi frustración era su diversión.
Pero una tarde de julio, mi jardín se llenó de crisantemos, claveles, rosas, lirios y margaritas. Y ahora sé que ha cumplido su promesa. Por fin, estaré rodeada de flores para siempre.

sábado, 30 de mayo de 2009

Tan fugaz como eterno


Te espere, sin saberlo, ardiente de deseo.


Soñé, sin quererlo, con el eterno beso frente a la estación de metro.

Desperté, y volví a sentir el calor de tu piel rozando, suavemente, los recovecos de mi ser.

Fue fugaz, tan sólo un segundo, en la eternidad de tus carnosos besos que yo había imaginado.

Tan breve, que desapareciste estando a mi lado.


Me hiciste creer, antes de volver, que las princesas y los cuentos de hadas volvían a existir en mi mente.


Alimentaste en la distancia el anhelo de volver a fundirme en tu incandescente tegumento.

Pero, una mañana, tus brazos soltaron mi cuerpo, y lo dejaron caer al vacio de los sentimientos no correspondidos.

Dejándolo morir de pena, tomaste tu vuelo perdiéndote, para siempre, en tu lejana tierra.

viernes, 3 de abril de 2009

y otra vez!!!


Y de repente, me doy cuenta de que no hay nada más importante en mi vida que esa mirada pidiendo, a gritos, que le den el amor que hace tiempo que no recibe. Pero me doy la vuelta y, sin esperarlo, me quiero comer el mundo alejada de tus labios. Siento que te deseo, que no puedo pasar un día más sin rozar tus labios. Sé que me estoy equivocando, que mi corazón no ordena los sentimientos, y deja a la deriva a una cabeza perdida entre sueños.

Pero, cómo resolver una situación que lleva años golpeándome, transportándome a la locura de una juventud que parece difuminada entre las gotas de la vida.

Necesito empezar un camino nuevo, alejada de los viejos perjuicios y mentiras pero, ¡Qué difícil es alejarme sin saber realmente lo que siento!. Dejarte escapar sabiendo que contigo he compartido tanto, y que cada segundo a tu lado es un segundo de felicidad.

Miedo, maldito sentimiento, nos hace tan vulnerables que no nos deja ver la realidad. Siempre existe el miedo a algo, a empezar una nueva vida, a perder a una persona querida, a envejecer, al compromiso, a olvidar que un día fuiste lo único que me dio fuerzas para seguir. Pero si existe un miedo, ese es el de sentir que deberías haberte equivocado y no lo has hecho.

domingo, 8 de febrero de 2009

El miedo a la soledad

Y fíjate Antonio que manera más tonta de acabar el día, tú a un lado del sofá y yo en el otro extremo. Tú viendo programas del corazón y yo leyendo una apasionante novela del Stephen King. Tú amas mi compañía, solo eso, yo detesto el sonido de tus palabras. Pero soy igual que tú en una cosa, soy tan egoísta que prefiero sentirte al otro lado del sillón, lejano y frío, que sentirme sola, aunque realmente lo este.

sábado, 31 de enero de 2009

Mágia blanca



Y hoy ella quiere volar, quiere dejar atrás todo aquello que le hace tanto daño. Los recuerdos le matan por dentro, son el lento morir del brillo de su alma, que le van dejando ciega sin ni si quiera darse cuenta.


Necesita despegar sus alas del suelo, dejarlas libres, que sean ellas las que decidan, porque ella no sabe hacerlo.


Cada mañana se despierta sabiendo que los días se agotan, que los años pasan y los segundos carcomen su inconsciencia.


Siente que te necesita, que eres parte de su vida, que su amor por ti no puede acabar, solamente, porque ellos lo crean así, aunque sean sabios ecos sordos que retumban en sus entrañas.


Sabe que siempre estas con ella, que eres fiel confidente de penurias y excesos. Sin ti ella ha dejado de saber ser, pero tú sin ella, no puedes llegar a ser.


Eres su mundo desde hace ya más de siete años, eres la rutina que mata subiéndole a la gloria, y hundiéndola hasta los más inciertos infiernos.


Le has hecho creer que sus alas murieron contigo, que eres una cadena invisible pero pesada como nada más puede serlo, que le atas tan fuerte al suelo, que le impides despegar las alas de la moral dormida y entumecida que cree poseer.


Suéltale o apriétale hasta que su corazón decida dejar de quererte, porque su mundo lo perdió contigo, porque fueron los recuerdos de años dolorosos los que os encontraron un sábado inocente. Ahora, son esos mismos recuerdos los que le impiden abandonarte, dejar de sentirte cada mañana frente al espejo, cada tarde en el parque viejo, o cada noche en la esquina de cualquier calle.


Porque hoy se ha dado cuenta de que ha dejado de ser ella misma, ha dejado de existir para el mundo. Porque lo único que mueve sus días es encontrarte y sentirte dentro, subiéndole a la gloria, aunque solo sea unos ínfimos segundo.


Pero hoy quiere volar, dejarte atrás, y solo te pide que le ayudes a ayudarse.

sábado, 17 de enero de 2009

Recuerdos



Una vez me dijo mi padre” quien olvida sus raíces está muerto”, y tiene razón, porque las raíces se llevan en el corazón, se sienten en el alma.

Yo se de donde vengo aunque no sepa donde voy, se que volver a pisar esa tierra ocre, casi vacía de vegetación, me hace volver a la calma, a la serenidad. Me hace recordar tiempos en los que el rio Frasno, que atraviesa mi rincón, rebosaba borbotones de agua y tierra. O eternizar, por un segundo, la sonrisa de mi abuelo devolviéndome alegría, desde su banco del matadero. O revivir aquel día en el que mi padre nos enseñaba, como un chiquillo con un juguete nuevo entre las manos, ese gran tractor, que tanto nos dio.


Porque yo no olvido que mis raíces están hundidas en una tierra en la que , en septiembre, brota ese caldo divino, al que llaman vino. Porque a ese vino es al que le debemos mi familia lo que tenemos, porque es nuestra forma de vida.


Añoro sentir un golpe de viento, de ese al que llaman cierzo, rozando mi cara. Siento la necesidad de buscar entre mis recuerdos, las tardes de verano en las que, entre las calles de esa tierra, me enamore por primera vez.


A veces espero silenciosa a que el aire contaminado, de esta gran ciudad, me traiga los aromas de la infancia que me vio crecer; las noches de locura que, al son de la orquesta más barata, bailaba sueños e ilusiones.


Quiero sentir entre mis manos, el mismo sentimiento que recorría mi mente al correr por el paseo inundado de hojas muertas, que dejaban aquellos otoños de los noventa, mientras jugaba a ser mayor, ajena a los problemas del mundo. .

domingo, 11 de enero de 2009

Despedida


Rocíame con el sudor de tu cuerpo que esta noche el tiempo se parara sin importarle nada más.


Abrázame y no me dejes marchar, porque puede que el tiempo se despierte y rompa nuestra mágica noche.


Tal vez no vuelva más, pero dime que no me olvidarás, aunque a veces no sepas recordarme, dime que nada ha cambiado que mi mundo sigue estando junto a ti…

He oído decir que el viento se lleva lo que los recuerdos nos traen, aquello que un día fue importante y que hoy son brasas de una hoguera que todavía sigue viva.

Recorrí un desierto y me sacié con el agua que tanto necesitaba. Ahora una leve brisa borra los últimos suspiros de aquello que tanto ansió recuperar.

Me pregunto. ¿Para qué? Para no olvidar que lo que hoy es tristeza y añoranza, un día fue deseo y confianza.

Dime amor que lo que hoy siento no es el pasado de un futuro silencioso que, envolviendo mi corazón en su manto de terciopelo, ha dejado a la deriva mi alma dolorida.

Déjame volar al palacio que un día construimos juntos, aquel que prometía una ilusión que, hoy se pierde, disfrazada de la más absoluta realidad.

¿Qué nos queda?Ilusiones rotas que esperan silenciosas que la marea primaveral se las lleve donde ya nadie pueda recordarlas, ni si quiera tú y yo.

jueves, 8 de enero de 2009

El salto a otra vida




La vida, al parecer, es una continua palpitación de sensaciones contradictorias. O por lo menos es lo que siento ante el abismo del final de mi vida universitaria.



Me siento intrusa en una vida que hace días deje de vivir. Una vida que en cada puerto invento de nuevo, pero se me olvida olvidar la que deje al partir.



Almaceno egoísmo en barriles de traición, y los reparto con dolo en cada estación, a todos aquellos que se acercan con su mejor intención.



Quiero salir, gritar al mundo que: ¡Elegí sin elegir, que los niños no entienden de elecciones!. Pero el tiempo pasa, aunque no para todos de la misma forma. Algunos nos aferramos a nuestro peter pan y olvidamos que el resto lo dejó volar hace tiempo.



Y de nuevo, ante el mismo abismo, ante el mismo miedo, ¿cortar las alas y saltar? Sí, hace tiempo que se que sí...



Pero perdóname si el mundo me queda grande, si mis sentimientos no se entienden, si la vida me mira con otros ojos, si sigo teniendo el ansia de palpar lo que elegí dejar de sentir.