jueves, 8 de enero de 2009

El salto a otra vida




La vida, al parecer, es una continua palpitación de sensaciones contradictorias. O por lo menos es lo que siento ante el abismo del final de mi vida universitaria.



Me siento intrusa en una vida que hace días deje de vivir. Una vida que en cada puerto invento de nuevo, pero se me olvida olvidar la que deje al partir.



Almaceno egoísmo en barriles de traición, y los reparto con dolo en cada estación, a todos aquellos que se acercan con su mejor intención.



Quiero salir, gritar al mundo que: ¡Elegí sin elegir, que los niños no entienden de elecciones!. Pero el tiempo pasa, aunque no para todos de la misma forma. Algunos nos aferramos a nuestro peter pan y olvidamos que el resto lo dejó volar hace tiempo.



Y de nuevo, ante el mismo abismo, ante el mismo miedo, ¿cortar las alas y saltar? Sí, hace tiempo que se que sí...



Pero perdóname si el mundo me queda grande, si mis sentimientos no se entienden, si la vida me mira con otros ojos, si sigo teniendo el ansia de palpar lo que elegí dejar de sentir.